Catamarca parece un sueño

Los paisajes más variados del país y cuna del Poncho

Es indudable que Catamarca envuelve a quien la visita en su nostalgia y lo cautiva.
La provincia es manantial de recursos incalculables: naturales, cultural, histórico y arqueológico.

Catamarca es la provincia Argentina con mayor diversidad de biomas y por lo tanto la variedad de sus paisajes es infinita. Predomina el clima árido que acuna la producción de olivos más vasta del país y favorece el desarrollo de los vinos elaborados con uva syrah. 

Hacia los cuatro puntos cardinales y, a menos de 30 minutos en auto, ya se puede gozar del microclima de las villas turísticas: ríos de aguas cristalinas, montañas llenas de misterios y paisajes de ensueño que seducen a los caminantes. 

La amplia diversidad geográfica nos lleva de un extremo al otro en el transcurso de no tantos kilómetros: la imponencia de la puna con sus lagunas esmeralda pobladas de flamencos, los volcanes y villas que parecen no haberse percatado del paso de los siglos. En el otro extremo, las yungas con su flora y su fauna selvática y las vertientes de agua transparente. Y, entre uno y otro, el paisaje es vasto e innumerables son los motivos para enamorarse. 

Geografía sobresaliente

La provincia es manantial de recursos incalculables: riquezas naturales, como las termas de Fiambalá; las exóticas minas de Rodocrosita; preciosos vallecitos enclavados en los cerros cuyo microclima es el solaz de los catamarqueños. Pero la protagonista es la montaña que se yergue imponente, alta y se extiende a lo largo de todo el territorio. El Ojo del Salado, con 6.891 km. de altura, es el volcán más alto del mundo y la segunda cima más elevada del hemisferio sur; el volcán Galán, también tiene el record de poseer la caldera más extensa de la tierra, con una dimensión de 35 x 45 kilómetros. Aunque no es necesario subir tan alto para maravillarse. Ya lo dijo Polo Gimenez con su “Paisaje de Catamarca” http://youtu.be/k90Mz3JVik8 : desde la cuesta del Portezuelo pueden admirarse “los mil distintos tonos de verde”. 

Rica herencia  

El patrimonio cultural, histórico y arqueológico también es invalorable. Se pueden hacer rutas como la del Adobe que se remonta a más de 300 años en el tiempo, para encontrarse con Iglesias, capillas y casonas a lo largo de los 50 kilómetros que separan Tinogasta de Fiambalá. 

Cada departamento tiene un atractivo paisajístico, una sociedad que mantiene sus tradiciones centenarias y un patrimonio histórico preservado y puesto en valor con un interés turístico y científico. Cada año diferentes pueblos celebran sus Fiestas patronales y populares con música, comidas y exhibiciones de su producción artesanal. 

Cuna del poncho

La artesanía local ha trascendido las fronteras para colarse en mercados internacionales. Las más reconocidas son las alfombras y los ponchos tejidos con lana de oveja, llama y/o vicuña. Esta última, una lana de un alto valor comercial por la delicadeza de su hebra y la dificultad con la que se esquila al animal. 

Estos son algunos de los motivos por los que lo invitamos a dejarse seducir por Catamarca, la cuna del Poncho, una tierra de nostalgias que cautiva a quienes la visitan. 

La foto fue realizada por Carolina Cabrera. Gentileza de la Secretaría de Turismo de Catamarca.

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